23 de septiembre de 2010

Degeneración macular relacionada con la edad

La degeneración macular relacionada con la edad afecta la visión central clara que se necesita para actividades en que hay que ver directamente hacia delante como la lectura, la costura o conducir. Afecta la mácula, (la parte del ojo que permite ver los detalles pequeños). No causa dolor. En algunos casos avanza tan lentamente que no se nota cambio alguno en la visión. En otros más rápidamente y puede perder la visión en ambos ojos. Es una de las causas principales de esta pérdida en los norteamericanos mayores de 60 años.
La macula está localizada en el centro de la retina, (el tejido sensible a la luz situado en el fondo del ojo). La retina convierte la luz o una imagen en impulsos eléctricos y envía estos impulsos o señales nerviosas al cerebro.
La degeneración macular húmeda ocurre cuando los vasos sanguíneos anormales detrás de la retina comienzan a crecer debajo de la mácula. Estos nuevos vasos tienden a ser muy frágiles y frecuentemente gotean sangre y líquido. La sangre y el líquido levantan la mácula de su lugar normal en el fondo del ojo. La pérdida de la visión central puede ocurrir muy deprisa. Se considera como una forma avanzada de la degeneración macular y es más severa que la forma seca. Uno de los primeros signos es que las líneas rectas parecen onduladas.
La degeneración macular seca se produce cuando las células de la mácula sensibles a la luz se deterioran poco a poco haciendo que la visión central se nuble gradualmente en el ojo afectado. A medida que empeora puede ser que note un punto borroso en el centro de la visión. Con el tiempo, cuando menos de la mácula funciona, es posible que se pierda progresivamente la visión central en el ojo afectado. El síntoma más común es la vista un poco borrosa. Puede tener problemas reconociendo rostros, tal vez necesite más luz para leer y para otras tareas. Generalmente afecta ambos ojos, pero se puede perder la vista en uno mientras que el otro parece no estar afectado y quizá no note ningún cambio en su visión en general. Mientras que el otro ojo vea con claridad podrá conducir, leer y ver los detalles pequeños. Sólo notará cambios en su visión si afecta a ambos ojos. Una de las primeras señales más comunes son las drusas (depósitos amarillos debajo de la retina). Frecuentemente se encuentran en mayores de 60 años.
La degeneración macular seca tiene 3 etapas, todas pueden ocurrir en uno o en ambos ojos:
1 La degeneración macular temprana. Las personas tienen varias drusas pequeñas o algunas drusas medianas. En esta etapa, no hay síntomas ni pérdida de visión.
2 La degeneración macular intermedia. Las personas tienen muchas drusas de tamaño mediano, o una o más drusas grandes. Algunas ven un punto borroso en el centro de su visión. Es posible que necesiten más luz para leer y para realizar otras tareas.
3 La degeneración macular seca avanzada. Además de las drusas, las personas tienen un deterioro de las células sensibles a la luz y del tejido de apoyo en el área central de la retina. Esto puede causar un punto borroso en el centro de su visión. Con el tiempo el punto puede agrandarse y obscurecerse opacando más su visión central. Puede tener dificultad para leer o para reconocer a las personas si no están muy cerca.
Las drusas solas generalmente no causan pérdida de visión. De hecho, los científicos no están seguros sobre la conexión entre estas y la degeneración macular. Lo que saben es que un aumento en el tamaño o en el número de drusas aumenta el riesgo de desarrollar degeneración macular seca avanzada o la forma húmeda. Estos cambios pueden causar una pérdida seria de visión.
Degeneración macular avanzada se consideran tanto la forma húmeda como la forma seca. La pérdida en la visión puede ocurrir en cualquiera de las dos formas. Las personas que tienen degeneración macular avanzada en un ojo tienen más riesgo de desarrollar la forma avanzada en el otro.
La forma seca es mucho más común. Más del 85% de las personas con degeneración macular intermedia o avanzada tienen la forma seca. Sin embargo, si sólo se considera la degeneración macular avanzada, dos tercios de los pacientes tienen la forma húmeda. Debido a que casi toda la pérdida en la visión resulta de la forma avanzada, la forma húmeda produce un número considerablemente mayor de pérdida de visión que la forma seca.
Todas las personas que tienen la forma húmeda tuvieron la forma seca primero. La forma seca puede avanzar y causar pérdida de visión sin convertirse en húmeda. También puede repentinamente convertirse en húmeda aún en la etapa inicial de la degeneración macular. No hay manera de predecir si la forma seca se convertirá en húmeda, ni cuando lo hará.
Factores de riesgo son la mediana edad,  y el riesgo aumenta con los años. Así como:
Fumar.
Obesidad. Las investigaciones sugieren que hay una conexión entre la obesidad y el progreso de la etapa inicial e intermedia de la degeneración macular a la etapa avanzada.
Raza. Los blancos tienen mucha más probabilidad de perder la visión por causa de la degeneración macular.
Historial familiar. Las personas con familiares que han tenido degeneración macular tienen más riesgo de desarrollar la enfermedad.
Sexo. Las mujeres parecen tener mayor riesgo que los hombres.
Tratamientos
Una vez que la degeneración macular seca alcanza la etapa avanzada, ningún tratamiento previene la pérdida de visión. Sin embargo el tratamiento puede retrasar y posiblemente prevenir que la degeneración macular intermedia progrese a la etapa avanzada en la que ocurre la pérdida de visión.
Hay dos tratamientos para la degeneración macular húmeda: la cirugía láser y la terapia fotodinámica. Ninguno de estos es una cura. Pueden demorar el grado de deterioro visual o prevenir una pérdida adicional de la visión. No obstante la enfermedad y la pérdida de visión pueden progresar a pesar del tratamiento.
Cirugía láser. Destruye los vasos sanguíneos nuevos frágiles que gotean, evitando así una pérdida adicional de la visión. Sólo se puede tratar con láser a un pequeño porcentaje de las personas con degeneración macular húmeda. Es más efectivo si los vasos sanguíneos defectuosos se encuentran lejos de la fóvea (la parte central de la mácula). El riesgo de volver a desarrollar nuevos vasos sanguíneos después del tratamiento con láser es alto y se pueden necesitar tratamientos adicionales. En algunos casos la pérdida de visión progresa a pesar de los tratamientos.
Terapia fotodinámica. Se inyecta verteporfin en el brazo y este viaja a través del cuerpo inclusive a los nuevos vasos sanguíneos del ojo. Tiende a “pegarse” a la superficie de los nuevos vasos sanguíneos. Después, se ilumina el ojo con una luz por unos 90 segundos, que lo activa y destruye los nuevos vasos sanguíneos, resultando en un deterioro visual más lento. Al contrario del láser, no destruye el tejido saludable de alrededor. Debido a que se activa con la luz, debe evitar exponer su piel o sus ojos directamente a la luz del sol o a luces artificiales fuertes durante cinco días después del tratamiento. La terapia fotodinámica es relativamente sin dolor. Toma alrededor de 20 minutos. No detiene la pérdida de visión ni la restaura en los ojos ya dañados por la degeneración macular avanzada. Los resultados frecuentemente son temporales. Puede necesitar tratamientos adicionales.
Si ha perdido parte de su visión por la degeneración macular relacionada con la edad, no tenga miedo de utilizar sus ojos para leer, ver televisión y realizar otras actividades de rutina. El uso normal de sus ojos no causará daño adicional a su visión. Si ha perdido parte de su visión por esta enfermedad, pregúntele sobre los servicios y aparatos para la baja visión que le ayuden a utilizar mejor la visión que le queda.
Investigaciones se realizan sobre la degeneración macular relacionada con la edad. Por ejemplo, los científicos:
Estudian la posibilidad de trasplantar células saludables a la retina enferma.
Evalúan familias con antecedentes de degeneración macular relacionada con la edad para comprender los factores genéticos y hereditarios que pueden causar la enfermedad.
Observan ciertos tratamientos anti-inflamatorios para la forma húmeda de la enfermedad.
Protección de la vista
Forma seca. Un examen completo con el médico por lo menos una vez al año vigila y comprueba si tiene alguna otra enfermedad. Ya que la forma seca de degeneración macular se puede convertir en húmeda en cualquier momento, obtenga una rejilla de Amsler del médico. Evalúe diario su visión y vea si hay señales de degeneración macular húmeda. Esta prueba rápida funciona mejor en las personas que aún tienen una buena visión central. Haga la prueba en cada ojo por separado. Cúbrase uno y mire a la rejilla, y después el otro. Si detecta cualquier cambio en la apariencia de la rejilla o en su visión diaria al leer el periódico o ver televisión, hágase un examen completo de los ojos con el médico.
Forma húmeda. Si la usted tiene y su médico le aconseja tratamiento, no espere. Después de la cirugía láser o terapia fotodinámica, necesitará exámenes frecuentes para detectar si vuelven a desarrollarse vasos sanguíneos que gotean. No fume porque tendrá mayor riesgo de volver a tener problemas. Revísese la vista en casa usando la rejilla de Amsler. Si nota algún cambio, consulte al médico inmediatamente. Coma muchos vegetales de hojas verdes y pescado. Mantenga su presión sanguínea normal. Controle su peso. Haga ejercicio.

VISION NORMAL


DEGENERACION MACULAR RELACIONADA CON LA EDAD


21 de septiembre de 2010

Retinopatía diabética

La retinopatía diabética es una complicación de la diabetes y una de las causas principales de la ceguera. Ocurre cuando la diabetes daña a los pequeños vasos sanguíneos de la retina, que es el tejido sensible a la luz situado en la parte posterior del ojo. Para una buena visión, es necesaria una retina saludable. Si usted tiene retinopatía diabética, al principio no notará ningún cambio en su visión. Pero con el tiempo, puede empeorar y tener una pérdida en la visión. Generalmente afecta ambos ojos.
La retinopatía diabética tiene cuatro etapas:
1. Retinopatía no proliferativa ligera. La más temprana de la enfermedad, en la que aparecen los micro aneurismas (pequeñas áreas de inflamación que parecen ampollas), en los pequeños vasos sanguíneos de la retina.
2. Retinopatía no proliferativa moderada. Según avanza la enfermedad, algunos vasos sanguíneos que alimentan la retina se obstruyen.
3. Retinopatía no proliferativa severa. Muchos más vasos sanguíneos se bloquean, haciendo que varias partes de la retina dejen de recibir sangre. Entonces estas áreas de la retina envían señales al cuerpo para que haga crecer nuevos vasos sanguíneos.
4. Retinopatía proliferativa. En esta etapa avanzada, las señales enviadas por la retina para alimentarse causan el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos. Esto se llama la retinopatía proliferativa. Estos nuevos vasos sanguíneos son anormales y frágiles. Crecen a lo largo de la retina y de la superficie del gel vítreo (el gel incoloro que llena el interior del ojo).
Por sí mismos, estos vasos sanguíneos no causan ningún síntoma o pérdida de la visión. Sin embargo, tienen paredes muy delgadas y frágiles. Si llegaran a gotear sangre, podría haber una pérdida severa en la visión o incluso resultar en la ceguera.
Afectados
Todas las personas con diabetes, tanto del tipo 1 como del tipo 2, corren riesgo. Entre el 40 y el 45 por ciento de los norteamericanos con diabetes tienen algún nivel de retinopatía diabética. También puede ser un problema para embarazadas que padecen diabetes.
Vasos sanguíneos
Los vasos sanguíneos dañados por la retinopatía diabética pueden causar una pérdida en la visión de dos maneras:
1. Se pueden desarrollar vasos sanguíneos anormales y frágiles que pueden gotear sangre en el centro del ojo, opacando la visión. Esto es la retinopatía proliferativa, es la cuarta y más avanzada etapa de la enfermedad.
2. Líquido puede gotear dentro del centro de la mácula (parte del ojo que provee la visión central clara). Este líquido hace que la mácula se inflame, nublando la visión. Esta condición se llama edema macular. Puede ocurrir en cualquier etapa de la retinopatía diabética, aunque es más probable al progresar la enfermedad. Aproximadamente la mitad de las personas que tienen retinopatía proliferativa también padecen de edema macular.
Señales de advertencia temprana
La retinopatía diabética frecuentemente no ofrece ninguna señal de advertencia temprana. Al principio, sólo verá unas manchitas de sangre que "flotan" en su visión. Si le aparecen manchas más grandes, puede que necesite tratamiento antes de que ocurra una hemorragia más seria. Las hemorragias suelen ocurrir más de una vez, y frecuentemente cuando está dormido. Algunas veces las manchas desaparecen sin tratamiento y verá mejor. Sin embargo, la hemorragia puede ocurrir de nuevo y nublarle la vista severamente o causarle ceguera. Mientras más pronto reciba tratamiento, más probabilidad tendrá de que sea eficaz.
Tratamientos
Se recomienda que las personas con diabetes se hagan un examen completo de la vista por lo menos una vez al año. Si usted tiene retinopatía diabética, quizá necesite un examen más frecuentemente. Las personas con retinopatía proliferativa pueden reducir el riesgo de la ceguera en un 95 por ciento con un tratamiento oportuno y un seguimiento adecuado.
Durante las tres primeras etapas de la retinopatía diabética no se necesita un tratamiento, a menos que tenga edema macular. Para prevenir el progreso de la retinopatía diabética, las personas con diabetes deben controlar los niveles de azúcar en la sangre, la presión arterial y el colesterol.
Científicos estudian medicamentos que detengan las señales que la retina envía al cuerpo para hacer crecer nuevos vasos sanguíneos. Algún día, estos medicamentos podrían ayudar a las personas a controlar su retinopatía diabética.
Un paciente puede necesitar la cirugía focal con láser más de una vez para controlar el líquido que gotea. Si usted tiene edema macular en ambos ojos y requiere cirugía láser, generalmente le tratarán un ojo a la vez, con diferencia de semanas entre las dos cirugías. El tratamiento focal con láser estabiliza la visión. De hecho, reduce el riesgo de una pérdida de visión en un 50 por ciento. En pocos casos, si la visión se ha perdido, se puede mejorar.
Si ha perdido parte de su visión por la retinopatía diabética, pregunte por servicios y aparatos para la baja visión que le ayuden a aprovechar lo más posible la visión que le queda.
Recuerde:
Si usted tiene diabetes, hágase un examen completo de los ojos al menos una vez al año.
La retinopatía proliferativa puede desarrollarse sin síntomas. En esta etapa avanzada, usted corre riesgo de tener alguna pérdida de visión.
El edema macular puede desarrollarse sin síntomas durante cualquiera de las cuatro etapas de la retinopatía diabética.
Puede desarrollar retinopatía proliferativa y edema macular y aún ver bien. Sin embargo, corre un alto riesgo de perder su visión.
El médico le puede decir si tiene edema macular o cualquier etapa de retinopatía diabética. Tenga o no síntomas, la detección temprana y un tratamiento oportuno pueden prevenir la pérdida de su visión.


VISION NORMAL


RETINOPATIA DIABETICA


20 de septiembre de 2010

Glaucoma

El glaucoma se define como la perdida de la visión en forma gradual y progresiva dada por una reducción en el campo de la visión (las personas pierden la visión de la periferia al centro) lo que hace en muchos casos difícil su diagnostico, suele haber aumento de la presión del ojo y daño en el nervio del ojo.
Algunos factores  que predisponen al glaucoma son: herencia (familiares con glaucoma), enfermedades metabólicas (diabetes), uso de esteroides, hipertensión arterial, miopía alta, tabaquismo, traumatismos en los ojos.
Existen varios tipos de glaucoma.
Glaucoma de ángulo abierto (crónico) es el tipo más común:
La mayoría de las personas son asintomáticas hasta que empiezan a perder la visión. Hay pérdida gradual de la visión periférica (también llamada visión del túnel) o lateral.
La causa se desconoce. Un aumento en la presión ocular ocurre lentamente con el tiempo. Tiende a ser hereditario. El riesgo es mayor si se tiene un padre o abuelo con este tipo de glaucoma. Las personas de origen africano tienen riesgo alto de padecerlo.
Glaucoma de ángulo cerrado:
El glaucoma de ángulo cerrado (agudo) ocurre cuando se bloquea súbitamente la salida del humor acuoso (liquido del ojo). Esto provoca una elevación rápida, severa y muy dolorosa en la presión dentro del ojo (presión intraocular).
Los síntomas pueden aparecer y desaparecer al principio o empeorar constantemente: Dolor súbito y severo en un ojo. Visión borrosa o disminuida. Náuseas, vómitos y dolor de cabeza. Halos similares al arco iris alrededor de las luces. Enrojecimiento de los ojos. El ojo se siente inflamado.
El glaucoma de ángulo cerrado es una situación de emergencia. Si se tuvo glaucoma agudo en un ojo, hay riesgo de un ataque en el segundo ojo, y es probable que el médico le recomiende un tratamiento preventivo.
Glaucoma congénito
Los síntomas generalmente se notan cuando el niño tiene unos pocos meses de vida: Opacidad en la parte frontal del ojo. Agrandamiento de uno o ambos ojos. Enrojecimiento de los ojos. Sensibilidad a la luz. Lagrimeo.
Con frecuencia se transmite de padres a hijos (es hereditario). Está presente al nacer. Resulta del desarrollo anormal de los canales colectores de líquido en el ojo.
El glaucoma secundario es causado por: Fármacos como los cortico esteroides. Enfermedades oculares como la uveítis. Enfermedades sistémicas.
Tratamiento
El glaucoma en general es una enfermedad crónica que no se cura, sólo se controla con medicamentos que están enfocados a la reducción de la presión intraocular y dependerá del tipo de glaucoma la forma en como se indiquen los medicamentos. La cirugía de glaucoma se ofrece en aquellos casos en que los medicamentos no puedan controlar la presión.
Si tiene familiares con glaucoma o presenta factores de riesgo para padecerlo, no espere a perder su vista, una consulta con su oftalmólogo y un tratamiento oportuno puede ayudarle a preservar su visión.


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GLAUCOMA


Cataratas

La catarata es la opacidad del cristalino (que actúa como el lente del ojo). Esto afecta la vista. Es muy común en las personas mayores. Factores de riesgo  son: Ciertas enfermedades (por ejemplo, la diabetes). Comportamientos individuales (uso de tabaco o alcohol). El medio ambiente (exposición prolongada a los rayos ultravioleta del sol). Hoy en día más de la mitad de las personas mayores de 80 años tienen catarata o han tenido una cirugía de catarata.
Los síntomas más comunes de una catarata son: Visión borrosa u opaca. Los colores lucen desteñidos. Las luces parecen muy brillantes. Una aureola puede aparecer alrededor de las luces. No ve bien de noche. Visión doble o imágenes múltiples en un ojo. (Este síntoma puede desaparecer cuando la catarata crece). Cambios frecuentes en la graduación de sus anteojos o lentes de contacto.
En general las cataratas suelen aparecer lentamente, aunque ocasionalmente se pueden desarrollar en forma rápida como por ejemplo en algún traumatismo o enfermedades como la diabetes. Al principio puede ayudar el uso de anteojos nuevos, la iluminación más brillante, anteojos de sol anti reflejo o lentes de aumento. A medida que aumenta la opacidad y la mala visión, incapacitan para que el paciente pueda realizar sus actividades cotidianas, la cirugía  es el paso a seguir, y consiste en  la extirpación del lente opacado y su reemplazo por uno artificial. La catarata puede ocurrir en uno o ambos ojos. No se transmite de un ojo al otro.
Las cataratas se pueden formar después de una cirugía para otros problemas de los ojos, como el glaucoma. A veces se relacionan con el uso de esteroides.
Catarata traumática.
Las cataratas pueden aparecer después de una herida o trauma al ojo, a veces varios años después.
Catarata congénita.
Algunos bebés nacen con cataratas o las desarrollan en la niñez, a menudo en ambos ojos. Pueden ser tan pequeñas que no afectan la visión. Si lo hacen, tal vez sea necesario quitar el cristalino.
Catarata por radiación.
Las cataratas pueden desarrollarse después de estar expuesto a ciertos tipos de radiación o una exposición frecuente al sol.
Tratamiento y/o cirugía
Se pueden mejorar los síntomas de una catarata en su etapa inicial con nuevos anteojos, mejor luz, gafas anti-reflectoras para el sol, o lentes de aumento. Si estas medidas no le ayudan, la cirugía es el único tratamiento eficaz. Consiste en remover el cristalino opaco y reemplazarlo con un lente artificial.
La catarata solamente se debe remover cuando la pérdida en la visión interfiere con sus actividades diarias, como manejar, leer o ver televisión. A veces es necesario removerla aún cuando no le causa problemas a su visión. Por ejemplo cuando impide examinar o tratar la degeneración macular relacionada con la edad o la retinopatía diabética. Si se requiere cirugía para las cataratas en ambos ojos, la cirugía se realiza en cada ojo individualmente, generalmente con cuatro a ocho semanas de diferencia. La operación de las cataratas es una de las más comunes, seguras y eficaces. 90% de los casos, ven mejor después de la operación.
Hay 2 tipos de cirugía para las cataratas.
Cirugía extra capsular.
Su oftalmólogo le hace una incisión más larga en el borde de la córnea y extrae el centro opaco del cristalino en una sola pieza. El resto del cristalino se saca aspirándolo.
Facoemulsificación, o faco. (“Cirugía de cataratas con incisión pequeña”)
La más practicada actualmente. Se realiza una pequeña incisión en el borde de la córnea, la superficie transparente en forma de cúpula que cubre la parte delantera del ojo. Luego se introduce una sonda muy pequeña en el ojo. Este instrumento emite ondas ultrasónicas que ablandan y destruyen el cristalino para poder removerlo aspirándolo
En ambas técnicas. Después de que se ha extraído el cristalino, frecuentemente se reemplaza con un lente artificial llamado lente intraocular (LIO). Un LIO es un lente plástico transparente que no requiere cuidado y que se convierte en una parte permanente del ojo. El LIO enfoca la luz claramente sobre la retina, mejorando su visión. Usted no sentirá ni verá el lente nuevo.
Cuando ya esté en su casa, evite doblarse de la cintura para recoger objetos del suelo. No levante objetos pesados. Puede caminar, subir las escaleras y hacer labores que no requieran mucho esfuerzo. Puede volver pronto a muchas de sus actividades, pero es posible que vea borroso. El ojo necesita tiempo para adaptarse a enfocar correctamente con el otro ojo, especialmente si el otro ojo tiene una catarata.
Si tiene más de 60 años, necesita un examen completo de los ojos con dilatación de las pupilas, por lo menos cada dos años. Además de ver si tiene cataratas, se podrá ver si hay señales de degeneración macular relacionada a la edad, glaucoma y otros problemas. El tratamiento temprano puede salvar su vista.


VISION NORMAL


CATARATA


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